lunes, 1 de noviembre de 2010

0 Atlético de Madrid-Almería: el Almería rescata un punto en la monotonía atlética

Tedioso, aburrido, previsible… Son tantos los adjetivos que podrían aplicarse a este partido, que da una idea de lo vivido la tarde-noche del domingo en Madrid. El Almería, con orden y velocidad en las bandas, consiguió arrancar un valioso punto para su casillero y desposeer al Atlético de dos puntos de los que se cuentan a principio de temporada, más doloroso aún este tropiezo dados los resultados muy favorables de los rivales del conjunto madrileño. Pero el Atlético ni supo, ni pudo en ningún momento despegarse de un Almería muy correoso.
Comenzaba el partido con el ambiente enrarecido, fruto del despropósito arbitral de Villarreal, con un público nervioso que contagió ese nerviosismo al Atleti
El Atlético se encontraba nervioso, pendiente más de la actuación arbitral, que de solventar las lagunas en su juego, un juego que se mostraba espeso en la circulación y poco imaginativo en su finalización. Apenas destellos de Reyes y Agüero, preocupante que comiencen a ser “los de siempre”, rompían con la monotonía ofensiva de un Atlético que se chocaba con el muro planteado con Lillo o con la soberbia actuación de Diego Alves.
Por cierto, no se olviden los lectores, de que hoy también ha habido un capítulo del despropósito habitual de los colegiados. Un corner al primer palo de Simao no era despejado por el conjunto andaluz, lo que aprovechó Reyes para llevarse el balón y ser zancadilleado por Crusat en el pico del área grande…¿Penalty? No señores, en el universo arbitral, inescrutable e inexplicable, este penalty de libro, fue señalado como falta al borde del área, ver para creer…
Había trascurrido la primera media hora de partido, cuando el Almería avisó por primera vez, una gran contra, manejada por el rapidísimo Piatti, finalizó con un disparo a la madera de Uche, primer y penultimo aviso del Almería, el siguiente seria bastante mas serio.
Pero antes se adelantó el Atlético, merced a Agüero, que en su línea de jugador pillo, se aprovechó de un rechace de Diego Alves a un cabezazo del omnipresente Reyes, para poner en ventaja al Atleti. 1-0 y tranquilidad en el Manzanares… Poco duró esa tranquilidad, exactamente lo que tardó Uche en poner a prueba a De Gea y lo que tardó Piatti con un gran zurdazo a la salida de un córner de redondear una gran primera parte del argentino. Golazo de los llamados psicológicos, al filo del descanso.
Con el empate al toque de campana del Almería se iniciaba un partido nuevo en la segunda parte, con malas noticias rojiblancas. Reyes, posiblemente el mejor jugador del Atleti en estos momentos, sufría una contractura y se veía obligado a dejar su sitio en el campo a un Fran Mérida aún muy verde y que sospechosamente empieza a dejar frío sistemáticamente en cada actuación que realiza.
Muerto Reyes, muerta la imaginación. El Atleti se encontraba a merced de un Sergio Agüero abandonado a su suerte por Diego Forlán, cada vez más errático en la actitud y en la aptitud.
El uruguayo ni está, ni se le espera y mientras el Atleti sestea cada vez más por la clasificación. Díficil final el que le espera al “Cacha” en Madrid, culebrón a la vista.
Ante este panorama, el Almería poco a poco se lo creía y comenzó a apoyarse en las contras de Piatti y Crusat, unas auténticas balas, pero con muy poca mordiente en su parcela ofensiva.
Cundía cada vez más el nerviosismo en el Manzanares, que veía como volaban irremediablemente dos puntos, que veía como Diego Alves se probaba el traje de héroe a disparos de Simao, Tiago y Agüero y que veía como el antaño héroe de la parroquia, comienza a ser el villano del reino, señalado por Quique que a los 70 minutos decidió sustituirle por Diego Costa, que nada más salir provocó un mini-penalty.
Y así moría el partido, con el Atlético moviéndose por impulsos y el Almería cómodo en su papel, inevitable que el marcador no se moviera, a pesar del empeño de Agüero.
Finalizó el partido, con tablas, reparto de puntos y una sensación gélida de cara al compromiso de la semana que viene, ni más, ni menos que el Santiago Bernabéu. Derby de la capital, con pocas luces y muchas sombras, a priori, pero el domingo será otra batalla.
A.Briega

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