miércoles, 29 de diciembre de 2010

0 Y así fue nuestro 2010 (III): El bucle de la felicidad

Se acaba otro años más. Otro año que vuela más rápido que el anterior. Llega la Navidad, Nochebuena, Nochevieja, y uno mira hacia atrás pensando en qué ha dado de sí el año. ¿Qué has hecho que merezca la pena? ¿Has avanzado algo o sigues siendo la misma mierda? A veces la sola pregunta te introduce en un bucle giratorio en el que el punto de partida es esa cuestión y el final es la respuesta, el problema es que nunca la encuentras, y cada vuelta que da es otro año, y otro.

Tras varias vueltas en el bucle, tras varios años, llego a la conclusión de que no hay que buscar una respuesta concreta que te diga si ha sido o no ha sido un año productivo y feliz. Esa respuesta quizá no exista.

El tiempo pone las cosas y a cada uno en su sitio, de eso no hay duda. No hay que tener prisa. La espera puede generar angustia e incluso miedo, un miedo incontrolable que te deja inmóvil, estático en la realidad. Y hasta que no asumes que eso no lleva a nada no empiezas a poder ser feliz. Hay que disfrutar de cada punto que conforman las líneas del bucle. Y la verdad, no puedo quejarme, este año ha sido la ostia. Como creo que se repetirá en este blog, en lo que al Atleti se refiere, ha sido prácticamente inmejorable. Quitando la Liga, hemos llegado a la final de la Copa del Rey, hemos ganado la UEFA y somos Supercampeones de Europa. Inolvidable.

En el aspecto personal, tengo familia, sigo disfrutando de salud (o eso creo…), no me drogo (o al menos no me paso…), y sigo rodeado de la misma gente que quiero, esa gente que considero mi otra familia. Y bueno, la verdad es que tampoco tengo más cosas en mi vida, salvo los estudios, que van para adelante. Resumiendo, Atleti, familia y amigos, por generalizar. No creo que la gente por ahí tenga tampoco mucho más que yo. Llegados a este punto me pregunto si he sido feliz este año y si fui feliz los anteriores. No hay duda de que los años se componen de momentos, y éstos están formados en su mayor parte por la gente que los vive. Ergo, mientras siga rodeando de mi gente, tendré buenos momentos, viviré buenos años. Seré feliz.

O.M.D.

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