domingo, 27 de marzo de 2011

0 La invención del genocidio

De tanto usarlas en vano, estamos vaciando de contenido algunas palabras trascendentales. Una de ellas es genocidio. Deberían salir los pájaros volando, sólo con que alguien la pronunciara en un parque. Pero pronto significará lo mismo que matanza, luego lo mismo que reyerta, y luego no significará nada: podrá describirse con ella los estragos provocados por un árbitro tarjetero.

(...)El empleo táctico de la palabra genocidio es un eufemismo a la inversa. Para un estudio sobre manipulación de masas, sería interesante diseccionar la sesión del martes. Porque los mismos oradores que instigaron a la guerra con exageraciones y mentiras, también usaron el eufemismo para lo que suele servir: suavizar significados demasiado duros. Por una parte -y esto se aprende en primero de Propaganda-, les convenía magnificar los rasgos criminales del enemigo, y por ello llamaron genocidio a un choque de tribus extranjeras. Por otra, había que simular las contradicciones morales de Zetapé, y por ello llamaron crisis a una guerra, y acción humanitaria a un bombardeo. Empequeñecer donde sobra, aumentar donde falta. Zetapé hace con el mundo lo que Hugh Hefner con las mujeres.


David Gistau hoy en El Mundo


Para leer todo el artículo e-pesimo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

No queda sino batirse Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates