0 Crónica 3ª Etapa: Petrer-Totana

De Lastras para Xavi

Lastras venció tras un fulminante ataque a Chavanel y algo de sufrimiento. Escabechina en el pelotón donde Menchov perdió dos minutos.
 

A la tercera etapa podemos empezar por lo importante, que es la victoria de uno de los nuestros. Poco ha tardado en llegar lo que asegura por estadística que quedan muchas más. Nos queda por saber si alguien lo hará de rojo en Madrid pero eso son palabras mayores. Ayer lo hizo el veterano Pablo Lastras, tan simpático en el pelotón como el vecino que siempre deja la sal. Pablo, que a sus 35 años acaba de renovar por dos más por el MoviStar Team (equipo que con la victoria de ayer hace triplete en las tres grandes) es un corredor de impulsos y hombría, ahora que me han avisado de no poner palabrotas en la crónica. Al final del puerto de tercera categoría realizó un demarraje que dejo en la estacada a sus tres compañeros: Chavanel, Pigdornyy y Markel Irizar. Anteriormente la fuga en la que habían llegado a ser cinco hombres, Nicolas Edet no sabemos si se quedo por joven, por francés o por ambas, contó hasta con 7'33", distancia que fue recortada por el calor, el puerto final y el nerviosismo del pelotón. Lastras se lanzó pues a tumba abierta sabedor de su facilidad para la bajada que le dio una ventaja de 30' que al principio nos supo a poco y al final a gloria. Como hay veces que los detalles son importantes (un cumpleaños olvidado cuesta un matrimonio) nos fijamos en la chocolatina de Pablo a 4 kilómetros de meta que vino seguida de la mano al cuadriceps. En ese momento se nos ocurrió que el héroe estaba dolorido o que con una pistola fulminaría a Chavanel que venía a la persecución como un galgo. El grupo perseguidor no se entendió o no se quisieron entender, y de ahí la gloria del corredor español.

Pelotón a ritmo de Tour

Por detrás el pelotón se estiró a la francesa (caída incluida) fruto de los nervios, la caída, la persecución, el Alto de la Santa que se hizo duro o el coctel que tanto nos gusta. En apariencia no fuimos conscientes de que nadie importante hubiera perdido minutos y con esa bondad nos erigimos por un momento en jefes de recursos humanos para felicitar a los equipos por la buena colocación de sus líderes. Se nos escapó el ruso Menchov del que supimos había perdido dos minutos cuando nos levantamos de la siesta, nos terminamos el bocadillo o más tarde aun vimos llegar al grupo de Cavendish. Un espacio para la reflexión. Es cierto que algunos corredores sprinters vienen avalados publicitariamente por la capacidad de ganar un par de etapas que concedan los minutos de televisión que ansían los patrocinadores. Si bien es cierto, que es incomprensible que en rondas de primer nivel a la mínima cuesta se dejen rodar como un cicloturista al que solo le falta parar y pedir una cerveza. Veremos si realmente existe la caza a "la chirigota" y no son repescados cuando las cuestas duelan de verdad de la buena.

En la meta Pablo alzó los brazos acordándose de Xavi Tondo. Y de Soler. Y de Wouter Weylant. Y de los que no sabemos. También tuvo tiempo para la prensa y todos los que andaban por la meta. (“Gracias. Vosotros hacéis grande este deporte”).El que lo hace grande es él, el Penkas. Y por muchos años.

Darío Novo

@Dario_Novo