lunes, 7 de noviembre de 2011

0 La dictadura del miedo, Luis María Ansón (I)

Los lobos del terrorismo internacional han metido sus hocicos entre los tobillos de España y mantienen algunas provincias en estado de angustia. La región vascongada ha quebrado su ritmo normal de vida y un pueblo habitualmente trabajador y tranquilo se agita crispado, desde hace años, por corrientes de tensión. El miedo enroscado con la entraña de tantos vascos paralizó el dinamismo empresarial y ahuyentó el dinero, con la consecuencia inevitable de que aquella región profunda y mineral está pasando a ojos vistas de próspera a empobrecida.

En otro terreno muy diferente, dos o tres diarios y media docena de semanarios, han alcanzado una capacidad de coacción tan grande que no pocos intelectuales y políticos actúan pendientes sólo de conseguir sus bendiciones. Por miedo a que los acusen, desde esas publicaciones, de fascistas o reaccionarios hay directores generales que se encogen hasta ensuciarse en el principio de autoridad: hay gobernadores civiles que no gobiernan, sino desgobiernan; hay escritores que afirman lo contrario de lo que piensan; empresarios que se dejan arrollar; sacerdotes que toman actitudes indignas para el decoro de su ministerio; catedráticos que tiran la esponja sin luchar contra la subversión universitaria; artistas del más vario género que politizan su arte y lo adulteran al modo y a la moda de una progresía exacerbada y mugrienta.

Aterrados hasta perder la dignidad (aunque con muchas y admirables excepciones), políticos, escritores, empresarios, catedráticos y artistas se muestran genuflexos ante el rebenque de esa media docena de publicaciones y pugnan ridículamente por ser más izquierdistas que nadie, con la esperanza de obtener las piadosas palabras que les arrojan como migajas unos cuantos críticos y comentaristas políticos sin otras credenciales, muchas veces, que haberse montado en el machito. Que gentes serias se bajen los pantalones ante ciertos periodistas de tercera división sólo se explica por el miedo cerval que sacude el espinazo de España.
Luis María Ansón
ABC Sevilla,15/11/1977

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