martes, 20 de diciembre de 2011

0 Balotelli, príncipe de la extravagancia (I)

‘‘Profesionalidad, esfuerzo y humildad”. Esas eran las tres palabras que aparecían grabadas en el colgante de oro que su señora madre le regaló a Mario Balotelli (Palermo, Italia, 12 de agosto de 1990) para inculcarle los valores que debían acompañarle en su nueva experiencia en la Premier League, después de su escandalosa y traumática salida de Italia. Profesionalidad, esfuerzo y humildad. Tres asignaturas pendientes para un goleador tan carismático como excéntrico, tan irrespetuoso como potente, tan caprichoso como especial. Él, a cambio, correspondió el cariño de su madre obsequiándole con un gato. (‘¿Veis cómo, en el fondo, soy un buen chico?’). Así comenzaba la aventura inglesa de ‘SuperMario’ Balotelli, a razón de 3.5 millones de euros netos al año. Nada más aterrizar en la Premier, su fichaje conmocionó Inglaterra y dividió a la opinión pública. Carlo Ancellotti, técnico del Chelsea, fue explícito con las posibilidades de un talento tan extravagante en Las Islas:‘No está bien de la azotea, diría que está un poco loco, pero con su fichaje, el City puede ganar la Premier’. Su entrenador, Roberto Mancini, fue más diplomático: ‘Si trabaja con seriedad será unas de las grandes figuras del campeonato, estoy seguro. La respuesta es suya’. Balotelli respondió con goles, pero sin seriedad. ‘No sé tomarme la vida en serio, es demasiado corta como para ser un tipo serio’. Sus estrafalarios cortes de pelo (look rubio platino, rapado con motivos maoríes, cresta con signos de la cultura china, y el más famoso, su peinado cepillo estilo mohicano), su dudoso gusto por la fama (su gorro-guante, sus camisetas pro-violentas), sus accidentes de tráfico y sus multas (más de 10.000 libras y subiendo), sus tórridos romances (modelos, cantantes y actrices porno), su extravagancia en el césped (se pasó diez minutos peleándose con un peto), su fama de pendenciero (pregunten a Micah Richards o a los hinchas del Dinamo), su relación de amor-odio con los entrenadores (Mourinho es el mejor, pero tiene que aprender modales’) y su ilimitado ego (‘Sólo hay un futbolista algo mejor que yo, Messi, los demás están por debajo’). Amado y odiado, siempre en el ojo del huracán y pésimo relaciones públicas de sí mismo, Mario Balotelli es un icono del fútbol mundial que trufa su carrera de show y goles. Huye de esos valores que su madre le quiso recordar, la profesionalidad y el esfuerzo. Y si la humildad le persiguiera, él sería mucho más rápido. Así es ‘SuperMario’, el chico malo que promete enderezarse y ser bueno, sin conseguirlo jamás. Encantado de haberse conocido, Mario Balotelli no deja indiferente a nadie. Forbes le dedicó un reportaje especial donde decía que era ‘el hombre más interesante del fútbol, porque asegura goles y escándalos’.
Rubén Uría
Jot Down

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