lunes, 26 de diciembre de 2011

0 Matar a un niño, Luchy Nuñez (y III)

Pero no se confunda: el niño no es tonto; es esencialmente crédulo y mimético. Sin embargo, mientras sueña en ser adulto, (un buen adulto como piensa que somos adultos) prefiere: interminables vasos de agua, de un tirón y sin respirar, pues es sediento por naturaleza; el chocolate sin pan y la merienda con tomate y en la calle; el sábado para ver los dibujos animados y el lunes para que llegue pronto el sábado. Poco, ya ve usted, la vida por delante juego a juego a juego. Aman, eso sí, sobre todas las cosas, la mano del grande que les acompaña al colegio. Y pese a las sofisticaciones de los ayrgam-boys y las barbis superestar, esconden tesoros de todos los tiempos tales como creomos repes y de picar; canicas; un caleidoscopio de cartón para cuando les ataca la fiebre o los dolores de crecimiento y se aburren en la cama; mariquitas recortables; un tirachinas hecho con alguna liga que apareció por casa; algunas piedras chulas que le han afanado en las escolleras o en el río; y una felicitación de Navidad que, vaya usted a saber el motivo, les dio corte mandar en su día.
Y bueno, para que le intuya un poco mejor, le dejaré anotadas dos o tres claves sobre sus miedos. Temen las desolladuras de las rodillas más que las de la cara; las inyecciones; la oscuridad; las casas sin pararrayos; los primeros platos obligatorios; que les corten las uñas de los pies; los enfados de los padres que no siempre entienden; iaginar terremotos y maremotos y a eso de los nueve o diez años cogen pánico a las Natus y las Socis, si bien es verdad que no mucho después temen sobre todo a las risitas del sexo contrario. Esa es la edad del acné y del bozo.
Terrorista, ahora me percato de que estoy escribiendo en un borrador que empieza con x-1-6=y+1+6. Se me pasaba decirle que, con el tiempo, van aprendiendo a hacer ecuaciones de todo tipo, descifran peliagudas incógnitas y hasta se cepillan los dientes por placer; cuando esto llega ya no son tan crédulos y cuestionan inexorablemente, las verdades de los adultos. Así que sólo añadiré a pie de página, no una sentencia, ni un consejo, ni siquiera una conclusión, sino una certeza. No hay peor fraude que el que se le hace a un niño; primero porque es un ser indefenso y segundo porque se corre el riesgo de que, por mímesis, nos lo pague con la misma moneda; en su caso la del terrorismo. Matar a un niño.
Luchy Nuñez
Diari de Tarragona,13/11/1991

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

No queda sino batirse Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates