miércoles, 10 de octubre de 2012

0 Atlético de Madrid 2-1 Málaga: Falcao invita a seguir la rebelión


Sobre la bocina venció el Atlético. Con un Calderón encendido en los minutos finales, un gol a caballo entre Falcao y Weligton dio el triunfo al Atleti. Antes, el propio Radamel y Roque Santa Cruz en el bando malaguista, habían puesto tablas en un partido muy igualado. El triunfo rojiblanco pone al Atlético en la punta del campeonato junto al Barcelona
 
Hay matrimonios dispuestos a superar todas las adversidades posibles. Podrán venir mil y un problemas que harán tambalear una tormentosa relación que dura años y años. Tal es así como la unión entre el Calderón y su Atlético de Madrid. El primero sufre al segundo con la paciencia del enamorado, consciente de que hace puñetas por doquier, pero que una alegría vale por mil años de tristeza. El Calderón es esa bonita mujer, fogosa y atractiva que espera una y otra vez a que su cónyuge esté a su altura. Digna y paciente por fin ha encontrado premio a su fidelidad. Y el premio es encontrar una pareja de baile a la altura. Un colombiano cocinado en Buenos Aires, madurado en Oporto y coronado en Madrid. Este cafetero eleva a su señora a los cielos y le permite soñar, que oiga, es gratis, y en un fútbol nacional en el que los villanos parten con cinco veces más presupuesto no está nada mal. 
Ayer la víctima de este bailarín llamado Falcao fue el Málaga de Pellegrini. Un equipo con el sello del ingeniero chileno, una vez el rumboso proyecto del Jeque se fue por donde vino. Sin fisuras, a la imagen y semejanza de su jefe, el equipo de la Costa del Sol es una roca dura de superar, por lo menos hasta donde le lleguen las piernas.
Comenzaba el partido franco para el Atlético. Rondando el minuto cinco de partido una aparición fugaz de Falcao a la espalda de Monreal fue suficiente para batir a Willy con la testa. Mérito de Emre tras colocar una preciosa rosca dibujada desde el perfil izquierdo de ataque rojiblanco. Ventaja rojiblanca a las primeras de cambio gracias al octavo rugido del Tigre en Liga. El Málaga por primera vez tenía que nadar a contracorriente durante la temporada.
Con el viento a favor el Atleti protagonizó una gran primera media hora de partido. No acosó a Willy pero llevó la manija de la contienda en base a un despliegue físico brutal. El trivote formado por Emre, Mario Suárez y Gabi desactivó por completo a Isco durante los primeros minutos. Y el Málaga sin Isco es mucho menos Málaga. Manejaba el Atlético pero no aguijoneaba porque Arda y Adrián no tuvieron una buena primera parte. El turco, gris durante todo el encuentro, fue superado por un maravilloso Monreal durante todo el choque. El asturiano sin embargo encontró su redención en una muy activa segunda parte en la que encauzó el amago de divorcio entre el delantero y la grada del Calderón.
Superada la media hora de partido apareció el Málaga por el área de Courtois. Su primera aparición tuvo como consecuencia la igualada en el marcador. Un centro de Monreal, similar al de Emre en el primer gol rojiblanco, fue cabeceado por el guaraní Santa Cruz al fondo de las mallas después de ganar la partida a los centrales rojiblancos. Empataba el equipo de La Rosaleda gracias a la efectividad exhibida durante el primer mes de temporada. Ingeniería goleadora. Pocas ocasiones, mucha efectividad, elemental para conseguir puntos.
Con el empate en el marcador el Atleti se desdibujó ligeramente, mientras el Málaga se plantaba en defensa con la confianza del que golpea en su primera oportunidad. El descanso no venía mal a nadie. Cholo ordenaba sus piezas y Pellegrini perfilaba su rocosa defensa.
El segundo acto no fue un culto al fútbol. Ni comenzó, ni acabó con un juego bonito. Pero pasaron muchas cosas. Pasó que el Atlético no podía superar a un Málaga abrigado en torno a una pareja de centrales de altísimo nivel, especialmente el mostrado por Demichelis. Con tanta veteranía como conocimiento del juego, el argentino dio una cátedra desde el centro de la defensa. Escudados en torno a un Camacho que parece haber encontrado su rol en el equipo, capaz de barrer todo lo que pasa por su lado, el Málaga se encomendaba a Isco y Joaquín en ataque. Arriba esperaba un viejo conocido, el revoltoso Saviola. Sin embargo, ayer no era el día para los dos genios del sur. El equipo tenía puesto el mono de trabajo y la magia se guardaba para ocasiones mejores.
Tanta intensidad superó a Pérez Lasa. El vasco es incapaz de no ser protagonista allá por donde pasa. Protagonizó un concierto de pito cortando el ritmo de un encuentro bonito, de puro fútbol. El colegiado terminó desquiciando al Calderón como tantas y tantas veces. No será protagonista de la moviola de la jornada, pero estos arbitrajes son tan dañinos al espectáculo como una decisión decisiva mal tomada.
 Pudo volver a tomar ventaja el Atleti si Falcao hubiera acertado después de una gran cabalgada de Adrián. Síntomas de mejoría de Adrián. La recuperación del asturiano supone la incorporación arquero de lujo para el ejército de Simeone. Con Diego Costa fundido después de un septiembre agitado, Adrián parece que será importante en los meses venideros.
Superada la media hora del segundo tiempo, le empezaban a fallar las piernas al Málaga fruto de la exhibición europea en la guarida del Anderlecht. El equipo malacitano comenzó a ceder más y más protagonismo al Atlético temeroso de Isco. Temeroso porque el mediapunta malagueño buscó la escuadra en un disparo propio de su factoría. Había partido.
La retirada de Isco del campo fue el detonante para que el Málaga se resguardara definitivamente en su arco. Interpretó el Atleti el mensaje de Pellegrini empujando más y más. Sin brillo ni buen fútbol, pero con las piernas frescas gracias a las rotaciones ante el Plzen, caían córners y llegadas en el área malacitana, pero sin sacar lo mejor de Willy. El empate parecía inamovible.
Parecía porque en el minuto 90, al toque de campana, el Atleti se llevó la victoria. Otra vez la estrategia daba réditos al equipo colchonero. Una falta botada por Gabi, rematada por Miranda y rebañada por Falcao con la colaboración de Weligton, hacía estallar al Calderón. Explotaba el público y el equipo en una bella comunión. El Atlético era colíder y no era un sueño, o sí.
En un descuento eterno, el Atleti repelió todos los balones aéreos del Málaga para llevarse el partido. Vencía el colchonero gracias a una intensidad y fe capaz de mover montañas. Empatado a puntos con el Barcelona y mirando con el catalejo a rivales muy directos, se marcha el equipo al parón por las selecciones subido en una nube de emoción e ilusión. 
Ayer por fin, el destartalado marido, antes rebelde, últimamente dócil y sin personalidad, correspondió a su bella mujer con una victoria agónica. Y este amor de otoño va camino de ser histórico. El tiempo dirá.
Alejandro Briega

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