jueves, 9 de junio de 2016
miércoles, 8 de junio de 2016
martes, 7 de junio de 2016
lunes, 6 de junio de 2016
0 Mucho corazón
Hay que ponerse en la piel de Alberto Garzón. El tipo que te
llevaba en coche a los debates funda su propia movida y acaba sacando 69
escaños en las elecciones; 67 más que tú. Se ha ciscado en el honor de tus
siglas pero ahora necesita tus votos, y se los vas a dar, y lo sabes. Así que
oficias el casamiento por lo civil, de penalti y sin invitar a los suegros Cayo
y Gaspar, que no aprueban al pretendiente, pero a cambio te traes de Córdoba al
yayo Julio, que está hecho un chaval porque de pronto ha regresado a 1977.
Ahora bien, según avanza el magreo y cuando ya tienes la liga por bufanda haces
un alto, te recolocas la faja y exiges una última señal de respeto a tu famosa
virginidad ideológica: IU tendrá margen para su propia campaña. Que aquí
descendemos de la santa pata de la Pasionaria y se va a notar.
Banderas tricolores, hoces y martillos cantan en los mítines
del cambio transversal como una tarántula en un trozo de bizcocho. Y luego esos
mensajes de desacomplejado comunismo, como si supieran lo que fue.
- El fascismo es el hijo legítimo del neoliberalismo,
prorrumpe Alberto.
Jorge Bustos
El Mundo
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viernes, 3 de junio de 2016
jueves, 2 de junio de 2016
miércoles, 1 de junio de 2016
0 Marisol
Se cumplen cuarenta años del topless de Josefa Flores, Marisol, que, a falta de otra cosa, fue saludado como la Libertad de Delacroixpor la propaganda de la Santa Transición, que nos vendía que el topless de Marisol era el tránsito del “Ha llegado un ángel” de Luis Lucia al “Ha llegado la democracia” de Adolfo Suárez.
La mamandurria española de estos cuarenta años (ni dos mil militantes tenía el PSOE) no se entendería sin aquel topless marisolero, entre los senos discretos y elegantes a lo Goya y los senos como peritas sanjuaneras a lo Watteau del libro de tetas de Ramón, con tantos y tantos tamaños de copa por talla, si bien los del estilo Marisol nos resultaban lucios, radiosos, rimbombantes, luníferos, ambrosinos, ledos, donosos y que, como compuestos de palabras llenas de ternura, trasmanaban ternura.
–Los senos del estilo estarán pimpolleciendo siempre porque son por naturaleza pimpolludos.
Ignacio Ruiz Quintano
ABC
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sábado, 28 de mayo de 2016
0 Hemos sido eso
Hemos forjado una historia de imborrables huellas con el esfuerzo y tesón que sólo el vencer merece. Fuimos inamovibles en la derrota, inconformistas con el empate, imperiosos en la victoria.
Hemos creído y creado un estilo único, grabado a sangre y fuego con hierros incandescentes en cada uno de los corazones que laten al mismo son en torno al escudo de las rayas rojiblancas.
Hemos sentido cada vicisitud de los combates en carne propia: cada golpe a nuestra camiseta nos hacía sangrar, amoratarnos y fuimos más y más fuertes. Los estigmas no nos hicieron tirar la toalla y escupimos el bucal para coger más aire.
Hemos nadado hasta la orilla y cada brazada fue conjunta, remando en galeras, haciendo ver que el conjunto estaba formado por todos y cada uno de los que componían esto. Y entonces gritamos "¡remad más y mucho más fuerte!".
Hemos asaltado fortificaciones, hemos superado a Ferraris con 600, hemos volado con escobas y aviones y papel inquebrantables en el esfuerzo, irrompibles, obras de ingeniería que tuvieron principio y nunca tendrá fin.
Hemos mirado al cielo y recordado a todos los que fueron y es que porque ellos fueron, nosotros seremos. Desde allí una fuerza nos ayuda a dar el último empujón o el primero de los brindis al sol.
Hemos abrazado, reído, soñado, sentido y conocido a muchas personas que se han convertido en camaradas, amigos, hermanos en torno al equipo que tan felices nos hace. Hemos vibrado con ellos, hemos palpitado con ellos, somos ellos.
Hemos sido, somos y seremos la autenticidad. Un equipo desmedido y sin medida, una tensa calma, un dichoso devenir desdichado, la dulce sal, la salada miel, el despertar soñado, el soñar despiertos.
Hemos sido eso y estamos a nada de serlo todo.
Por siempre, Atleti te amo.
Darío Novo
jueves, 26 de mayo de 2016
miércoles, 18 de mayo de 2016
0 Los 'nois' de Otegi
El separatismo catalán siempre ha utilizado los crímenes de
la ETA para reforzar su posición atracadora -Pujol no negociaba, trincaba- y no
hay mejor demostración que la Declaración de Barcelona respaldando el Pacto de
Lizarra, es decir, el manto protector del PNV a ETA cuando temió que las
movilizaciones por el asesinato de Miguel Ángel Blanco podrían privarles de los
sacudidores del árbol de sus nueces. Lo mismo que Pujol, que se presentaba como
el nacionalismo no asesino -democrático, decía- pese a que con él hubo cientos
de atentados de la ETA Lliure -incluidos varios asesinatos-, un terrorismo ligado
íntimamente a la ETA que sólo cesó cuando Pujol decidió disolverlos para cobrar
las nueces olímpicas. Y conste que, con Barrionuevo en Interior, no hubo
demasiadas faisanadas.
[...] El culto a la violencia antiespañola del terrorismo
catalán y sus euskomaestros se ha mantenido vivo en el verdadero nervio del
separatismo catalán, que son los medios de comunicación. Hace unos días el CAC
respaldó el homenaje de TV3 al más siniestro de los terroristas catalanes,
condenado por asesinar a Bultó y su esposa con una bomba en el pecho, y
elogiado como "independentista gran reserva". Los nois de Otegi han
sido y son decisivos en la formación de gobierno, como prueba que tras el
empate a 1.500 votos (!), la tribal Gabriel echara a Mas y pusiera al 'Minimás'
para mantener vivo el prusés. Yo creo que a Otegi deberían proclamarlo hoy
conseller en cap. Lo es.
Federico Jiménez Losantos
El Mundo
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martes, 17 de mayo de 2016
lunes, 16 de mayo de 2016
0 Lingüismo final
Le pasó al final de la Liga como
a las decisiones 2.0 de la democracia: que era sabido el fin.
No le quitaba del morbo, claro.
Imagínense un error informático, una ausencia de Luis Suárez o qué se yo ¡un eclipse de sol y luna a la
vez!
Acabó todo como empezaba lo que
corroboraba que el 'pacto de los botellines' no era el único pacto de los días
atrás toda vez que el Granada venció en Sevilla. "Todo el mundo se ocupa
de los proletarios de blusa. De los proletarios de levita, en cambio, no se
acuerda nadie... Yo no creo que nadie se ocupe de los proletarios de blusa más
que ellos mismos. En cuanto a los proletarios de levita, ¿cómo no vamos a pasar
inadvertidos, si no se nos conoce? ¿Cómo van a fijarse los gobiernos en el
proletario de levita si el proletario de levita viste de americana?".
Ahora los que se jugaban el
descenso han deseado no llevar levita ni americana, no sea que no pasen
inadvertidos. A fin de historias la permanencia no es una cuestión de ingresos
sino de gritos al cielo como los muchachos levantinistas que se consagraban
tras su descenso hacía tiempo, a plantar cara al Atlético de Madrid.
La Liga se marcha y lo mejor de
ella es que se ha convertido en una Liga de números y palabras, el sueño de
Chomsky. De aquella matemática lingüistica, de la que Carmena discrepará por
razones obvias, viene a plantearse la expresión cómoda. Dentro de aquella
situación cómoda, la Liga que hoy conocemos comenzó a volverse fútbol.
De eso hace dos años y el pobre
Noam ni siquiera ha mirado la televisión. Carmena la habrá empeñado. Y mientras
tanto, dos madrileños jugándose la orejona.
Darío Novo
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La resaca de los lunes
sábado, 14 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
0 Chamartín
Galdós vuelve a Madrid, pero esta vez en Chamartín no está
Napoleón, sino Carmena. Alá es grande en Alemania y en Chamartín es grande
Carmena, a la que la partidocracia colocó en la Alcaldía, y cuyo concejal de
Urbanismo, un arquitecto que odia la Ley Hipotecaria y que una vez erigió una
quechua en la Puerta del Sol, ha dado carpetazo a la Operación Chamartín
mientras su jefe, Pablemos, que tiene en Podemos un “Pawn Stars”, atendía a
Garzón, que había acudido, el hombre, a empeñar la hoz y el martillo, más algún
cenicero de Carrillo y una réplica de la colcha roja de la momia de Lenin con
su caja de jeringas para las inyecciones, que será todo lo que quede del más
triste partido español.
Tampoco me parece una
locura el carpetazo. Si van a retirar de la circulación los billetes de
quinientos euros, ¿para qué queremos Operación Chamartín? Ya no estamos en los
tiempos en que Carmena iba por la calle con su sueldo (sueldo tiene la misma
raíz que solidaridad) de jueza para comprarse un cacho de “chialé” en Conde de
Orgaz. Ahora con un sueldo no te compras ni un estudio en el edificio Wanda, el
chino de la plaza de España.
Ignacio Ruiz Quintano
ABC
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miércoles, 11 de mayo de 2016
0 Eduardo Inda y las 15 botellas de whisky americano
Pasar una semana lejos del fango de la política española
desentrena los músculos pero renueva los tendones del espíritu. Hace dos noches
conversaba bajo el cielo de Norteamérica con mis compadres Yisus Ramírez,
Alvarito Martín y Javi, el Vascomaño de Mirasierra, en un aparcamiento de
autocaravanas a las afueras de Louisville, tirados encima de unos divanes de
gomaespuma arrancados de los asientos de nuestra 'roulotte'. David, Juan y
Alicia se habían rendido. Los cuatro supervivientes teníamos una concentración
de bourbon en sangre que superaba con creces los números de 'OkDiario'.
En estas trasegábamos cuando se acercaron unos tipos de
Minnesota y se sentaron a nuestra vera en el asfalto. El Vascomaño de
Mirasierra, que es aficionado al montañismo, quiso preguntarles por los parques
nacionales pero se le tropezaba el inglés con la lengua amorcillada. Los
minnesotos traían bolsas de pretzels, preguntas ingenuas y botellas de licores
dulces para demostrarnos lo que ya suponíamos tras varios días de 'road movie'
por Kentucky: que el espíritu americano se ahoga bajo paletadas de azúcar,
prejuicios y glutamato. Muy lejos, en España, Twitter ardía por el
enfrentamiento entre Inda, Sardá y Bescansa en el plató de 'La Sexta Noche'.
Mi viaje por Estados Unidos ha sido una inmersión en la
grasa que inunda el país más próspero de Occidente. Los dos americanos del
'parking' nos hablaron de las armas que portan siempre para sentirse seguros a
nosotros, que la noche antes habíamos dormido en una 'roulotte' desprotegida en
el 'parking' de un Wall Mart. Luego hicieron comentarios hirientes y
despectivos sobre España. Yisus Ramírez, el hombre más simpático de la tierra,
dejó de contestar para no soltarles una fresca, y a mí me hubiera dado el
arrebato patriótico de no ser porque, como Bogart en 'Casablanca', soy más
borracho que español y a los ibéricos se nos había acabado la bebida.
Juan Soto Ivars
El Confidencial
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martes, 10 de mayo de 2016
0 Kenteris, Thanou y el suero del supersoldado
El dopaje, además de una lacra para la imagen del deporte
profesional, es una fuente inagotable de diversión y espectáculo. Y no nos
referimos a lo que las ayudas químicas suponen para la competición, ya sean musculaturas
superlativas o cantidades de glóbulos rojos en sangre medibles en camiones
cisterna, sino a las explicaciones de los dopados cuando los pillan con el
carrito de los helados, que suenan como si tu pareja intentara elaborar sobre
la marcha una excusa cuando vuelve a casa de una cena de empresa y al pasarle
la luz negra brilla como un Gusiluz.
La argumentación e inventiva en el deportista de élite es
una rara virtud, por lo que cuando se hacen públicas ciertas explicaciones a
lesiones confusas, como que se rompió un frasco de perfume y el vidrio seccionó
un tendón de la pierna o que se cayó una plancha y la cogió en el aire con las
dos manos por la parte que quema, solo queda la sospecha y el escepticismo.
Pero en particular, el tema del dopaje es una cosa formidable. Hay varias
escuelas distintas (los del «Me han echado droga en el Cola Cao», los del «¡No
sabía que contenía productos dopantes!», los del «Somos lo que comemos», etc.),
aunque todos comparten una premisa: ¡soy inocente! Hay otro grupo, en los
inicios muy aceptado pero hoy en día en vías de extinción, que defiende la
técnica ninja: cuando hay que hacer control antidopaje son los que tiran una
bomba de humo al suelo y desaparecen. Pero no adelantemos acontecimientos.
Retrocedamos hasta el año 2004. Los Juegos Olímpicos se van
a celebrar en Atenas y estaba previsto que la efervescencia local llegara a su
punto álgido con el atletismo, donde los griegos contaban con fundadas opciones
de medalla en carreras de velocidad: en 200 y 100 metros lisos, en categoría
masculina y femenina respectivamente, con Konstantinos Kenteris y Ekaterini
Thanou. Recientes adaptaciones al cine de batallas históricas, con profusión de
abdominales hipertrofiados en posproducción, pueden llevar a engaño, pero hace
siglos que los griegos no son conocidos especialmente por su exuberancia
física. Es más, en los últimos años, los mayores portentos del deporte heleno
en este aspecto se personifican en los baloncestistas Giannis Antetokounmpo o
Sofoklis Schortsanitis, que de oídas parecen pertenecer a familias griegas
cuyas raíces se pierden en la historia helenística, pero cuando ves su
fotografía te puedes llevar cierto desengaño.
Schortsanitis, apodado Baby Shaq por razones obvias. Foto:
Klearchos Kapoutsis (CC)
Schortsanitis, apodado Baby Shaq por razones obvias. Foto:
Klearchos Kapoutsis (CC)
Kenteris y Thanou tenían bastante en común: eran griegos,
blancos, velocistas con un físico espectacular, compartían entrenador, eran
esquivos con la prensa y triunfaban en los campeonatos internacionales donde en
las últimas citas se subían al cajón: en el palmarés de Thanou destacaban el
oro europeo (en Múnich 2002) y las platas olímpica (en Sídney 2000, aunque
volveremos a esto más adelante) y mundial (en Edmonton 2001), mientras que su
compatriota había dominado el doble hectómetro siendo campeón olímpico, mundial
y europeo en esas mismas citas. Es decir, Kenteris aprovechó el vacío de poder
dejado por Michael Johnson tras Atlanta 96 para dominar la distancia. Hablemos
de Johnson, «el expreso de Waco», «el chico de las zapatillas de oro»; quien no
lo recuerde, era aquel atleta objetivamente paticorto con un tremendo tren
superior. Una aparente desventaja genética —tener las piernas cortas en
proporción a su cuerpo— resultó una ventaja competitiva porque, según diversos
estudios biomecánicos, su centro de gravedad bajo y su zancada corta apoyada en
unos glúteos pétreos le permitían trazar con más eficiencia las curvas, de ahí
que explotara al máximo su talento en 200 y 400 metros, donde logró récords
mundiales. Otro tanto se decía de Michael Phelps, cuyo torso exageradamente
grande favorecía su comportamiento hidrodinámico, lo que se tradujo en
veintidós medallas olímpicas. O los pies enormes y flexibles, como aletas de
buceador, que lucía el nadador australiano Ian Thorpe, otro coleccionista de
preseas. Pero ser blanco, en pruebas de velocidad, más que una ventaja
competitiva coincidiremos en que es un hándicap. No era algo que se dijera
abiertamente en el mundillo o en la prensa puesto que podría sonar racista,
pero extrañaba que dos atletas de esta raza procedentes de un país sin
tradición velocista asaltaran así, de la noche a la mañana, el podio de las
competiciones más prestigiosas. Además, no era frecuente verlos en mítines en el
extranjero ya que solían andar desaparecidos realizando intensos y misteriosos
entrenamientos en los confines del mundo. Por si fuera poco, su entrenador
Jristos Tzekos había tenido problemas por algún asuntillo con productos
dopantes. Vamos, que el tema olía bastante mal, si bien todos los controles
antidoping a los que se les había sometido habían resultado negativos.
Arturo Peñalba
Jot Down
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Reportajes
lunes, 9 de mayo de 2016
0 Los grandes expresos europeos
Muchos de ustedes los conocieron: Compañía internacional de
coches cama y grandes expresos europeos, estaba rotulado sobre las ventanillas.
Hasta el nombre evocaba glamour y aventura. Uno se acostaba en Madrid y se
despertaba en París o en Lisboa. También podía disfrutar de una buena cena en
el vagón restaurante cuando por el pasillo un empleado agitaba la campanilla
anunciando «Primer turno... Segundo turno» como Louis de Funès en la película
Fantomas. Llegabas descansado, duchado y desayunado. Era una forma cómoda y
agradable de viajar. Un servicio que, con las limitaciones propias de los
tiempos, se mantuvo operativo hasta no hace mucho. Lo caro del asunto quedaba
compensado al ahorrarte dos noches de hotel por viaje; así que frente a las
incertidumbres y humillaciones de los aeropuertos, el coche cama o el más
económico vagón de literas ofrecían una alternativa estupenda. Nunca fui a
París de otro modo mientras los trenes nocturnos de Renfe funcionaron. Me
gustaba ir en ellos. Por desgracia, esa compañía que antes llamaba pasajeros a
los viajeros y ahora los insulta llamándolos clientes suprimió el de París,
condenándonos al avión. Pero mantuvo el de Lisboa. Y en él viajé el otro día.
Para mi desdicha.
Eran los mismos vagones de la última vez, hace cinco o seis
años. Pero con el deterioro, no reparado por nadie, de todo ese tiempo. Una
especie de caspa ferroviaria. Subí al vagón con desasosiego al comprobar el
escaso mantenimiento general. No había ningún empleado en el andén, así que
busqué mi departamento y me metí en él. Al rato apareció un señor portugués
bajito y se quedó parado en la puerta, mirándome con cara de preguntarse qué
haría allí aquel pringado. Me pidió el billete de ida -rompió el de vuelta al
cortarlo con mucha torpeza- y le di una propina generosa, natural para alguien
que supones, según las viejas tradiciones de los coches cama, que va a ocuparse
de tu bienestar durante toda la noche. Y confieso que su expresión de
indiferencia al guardarse el billete me alarmó. Va a dar igual que me des
propina o no, decía aquel careto. Para lo que hay.
Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
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Patentes de corso
0 Caso
Observaba Ussía cierta euforia entre sus amigos atléticos.
-La vida es muy dura, y en ocasiones, injusta.
Dice mi admirado Alfonso. Y así es. Es el grito de un
madridista -de los grandes- a una realidad que desde el prisma colchonero
empieza a vislumbrarse como veíamos aquellas películas que iban después del
boxeo en el Plus cuando éramos tan jóvenes, que veíamos ese cine sin tener
dinero para la cuota de la plataforma de PRISA.
El Atlético de Madrid busca definir su historia que se
escribe en círculos concéntricos sin un centro claro. De ahí que Milán haya
servido para señalar un total y perder los parciales por el camino. La historia
ha pasado de jugarse partido a partido a jugarse final a final y así no hay
manera.
A esa euforia "háganle caso, pero poco" que diría
Camba.
El trabajo, en la España de los 4.791.400 parados, no es una
cuestión de privilegios sino del 'no quedan más cojones'. Por ello, las
llamadas a la testiculina del Cholo no son más que una inflexión dentro del
fútbol que, como indicaba Orfeo Suárez en El Mundo, no hay que acabar
creyéndose del todo o empezar a creerse siquiera porque puede uno acabar
encerrado en una trampa mortal de esas de las películas de Saw en las que, se
mueva uno como se mueva, acaba hecho trizas.
Por eso el discurso de la euforia hay que entenderlo como de
lejos, como una celebración, como si los muchachos del Manzanares se hubieran
subido a la plataforma en movimiento del 'Cámbiame' y les hubieran dicho que
adelante, que los maqueaban, que tienen algo.
El algo es precisamente lo que guarda este Atlético de
Madrid. No son, fueron ni querrán ser pose. Últimamente se gana casi siempre
pero las derrotas forman parte del juego que hay que admitir sin buscar excusas
del todo a cien. Hagánme caso. Decidan si mucho o poco.
Darío Novo
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La resaca de los lunes
miércoles, 4 de mayo de 2016
0 Bayern 2-1 Atlético de Madrid: La final justifica los medios
En una tesitura complicada nos
puso aquel que inventó el fútbol y
añadió números al asunto. Un balón, once jugadores, dos partes. Esto último
condena a la crónica de lo de ayer: dos partes. Diferenciadas ellas y no solo
por su tiempo.
La primera fue una oda al insulto
de lo 'no válido' que es algo que se crea siempre que una fuerza puede vencer a
lo oficial. Bastó que Xavi dijera su predisposición -¡moral!- hacia el único
juego posible para que el Atleti se volviera a reinventar.
Mal, por cierto. La primera mitad
del Atlético de Madrid fue un achique de espacios excesivo incluso para los que
amamos el 'antifútbol'. El arreón inicial, que duró hasta el 25 o así, recordó
que las semis de Champions no eran un viaje dentro del Erasmus sin más. Muller
demostró a cada segundo el jugador que es y las combinaciones frontales,
descargadas en Ribery, auguraron lo sucedido.
Sandro Rey lo hubiera adivinado
también: un gol del Bayern. Llegó en una falta cometida por Augusto, un tipo
cumplidor, pero al que le quedan grandes demasiadas vitolas. Al balón le pegó
Xabi con la rabia contenida de Lisboa y Giménez, soberbio y fiel sanchopanza de
Godín, no pudo esquivar y no sólo eso sino que desvió el tiro que iba a las
manos de Oblak.
Una señora con guadaña y vestida
de negro nos tocó la cara. En un agarrón de Giménez a Javi Martínez, tan claro
como innecesario, tan evitable como tendencioso, Cakir señaló penalti. Muller
lanzó centrado y Oblak blocó asegurando que también para penaltis.
Los de Guardiola comenzaron a
desgastarse por el propio peso de los minutos. Ante cualquier incidencia, Oblak
que, junto a Gabi, fue lo único salvable de la primera mitad. Oblak consiguió
que olvidásemos a Courtois y hay quien empieza a pedir una calle con su nombre
en Madrid. Yo por menos de una plaza no muevo un dedo.
Los otros 45
Y de ahí los números. En la
segunda parte, Simeone decidió dar entrada a un futbolista por Augusto.
Carrasco, o el aire fresco, supuso que el Atleti combinara como no lo había
hecho en todo el encuentro. En una única de esas, Torres asistió a Griezmann
que se quedó sólo ante Neuer. Tras un día en el que los segundos se nos hacían
minutos y los minutos horas, los minutos se nos hicieron días. El francés no
falló, no había opción de ello. Saltamos, nos abrazamos, dijimos "¡el
fútbol es la hostia!" pero miramos al reloj y no pensamos lo mismo.
El Atleti fue reculando campo, y
metros, y cesped del bien cortado hasta que sucedió lo inevitable. Lewandowski
cabeceó a la red y todos pensamos en lo que quedaba por sufrir. Pero Torres se
sacó una jugada de las de Torres y forzó un penalti que no era. No lo era tanto
que quiso fallarlo o, solo de esa manera se explica que lo tirase al mismo
sitio que el penalti erróneo alemán.
A partir de ahí cogimos aire y lo
fuimos echando poco a poco. Recuperábamos en las acciones de Thomas y lo
perdíamos en los segundos en los que los balones se iban a las bandas alemanas.
Tras 5 de descuento justos como la encarcelación de Conde, el árbitro pitó el
final. Cantamos mucho, nos abrazamos y preguntamos dónde está la escuela del
'antifútbol'. Esa misma que propugna los valores de que el fútbol lo inventaron
los ingleses, se juega once contra once y siempre ganan los alemanes.
Ahora
ganar es otra cosa porque Cholo Simeone vino a enseñar a vencer. En eso el
Atleti es único por las escasas derrotas. Las críticas y la moralina del 'antifútbol'
importan hoy lo que la Cipriana en los títeres. El 'antifútbol' sigue su camino
y nos encanta. Partido a partido.
Darío Novo
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Crónicas Atlético de Madrid 2015/2016
martes, 3 de mayo de 2016
0 De hijos a padres
¿Cómo va todo por allí arriba?
Aquí hemos empezado por madrugar que es la mejor manera de
vivir los sueños que, de un tiempo a esta parte, vivimos mejor despiertos.
Fíjate cómo será la locura que hasta mamá me pregunta por el
Atleti y por cómo puede caer eliminado el Madrid, pero esto último te lo cuento
bajito que es un secreto. Hace unos días cenando me decía que era normal que
fuera del Atleti ya que no era más que una barriga cuando pisé el Calderón por
vez primera.
Supongo que allí también estaréis disfrutando lo vuestro,
que es lo mismo. Por estos lugares ha empezado a surgir una especie de fiebre
rojiblanca a la que todo el mundo se arrima. La motivación de Simeone se
estudia en las Universidades que debe ser lo único que se estudia. También hay
tontos, claro. De hecho si el escáner de los aeropuertos españoles detectara
tontos, el número de viajeros descendería en un 50%. O más. Dicen que no
jugamos a nada; antifútbol lo llaman. Yo les miro y sonrío con una breve mueca
pensando en su desencanto, su sopa fría al llegar a casa, su wasapp sin
notificaciones.
Sabrás que nos acordamos mucho de ti en todos los momentos:
en los éxitos -que van llegando- y cuando hay que mirar para arriba para
cualquier cosa. Estos días del Atleti son especiales y también nos acordamos.
Como en el gol de Simeone, el gol de Kiko, el de Pantic, el de Forlán, el de
Godín, en fin, esos días.
Hace tiempo que corre por el Calderón una frase que habla
del sentimiento transmitido de padres a hijos y sentía un poco el deber como
hijo de darte gracias por él por ser parte contratante. Es una herencia
invalorable y fuera de toda ley que nos dejasteis y que defendemos y
defenderemos con uñas y dientes.
Ya sé dónde verás el partido, no hace falta que me lo digas.
El tercer anfiteatro estará hoy de gala para vivir uno de los días más
importantes de la historia del Atlético de Madrid. Al acabar el partido,
ganemos o perdamos, miraremos al cielo y no os veremos porque físicamente no
estáis aunque nunca nos faltéis en el recuerdo.
Da abrazos por allí arriba, papá, y quédate con el que será
el segundo más grande. El grande de verdad prometo mandártelo desde Milán.
Darío Novo
lunes, 2 de mayo de 2016
0 Una historia de España (LXII)
Ahora hay que hablar de Marruecos, que ya va siendo hora;
porque si algo pesó en la política y la sociedad españolas de principios del
siglo XX fue la cuestión marroquí. La guerra de África, como se la iba
llamando. El Magreb era nuestra vecindad natural, y los conflictos eran viejos,
con raíces en la Reconquista, la piratería berberisca, las expediciones
militares españolas y las plazas de soberanía situadas en la zona. Ya en 1859
había habido una guerra seria con 4.000 muertos españoles, el general Prim y sus
voluntarios catalanes y vascos, y las victorias de Castillejos, Tetuán y Wad
Ras. Pero los moros, sobre todo los del Rif marroquí, que eran chulos y tenían
de sobra lo que hay que tener, no se dejaban trajinar por las buenas, y en 1893
se lió otro pifostio en torno a Melilla que nos costó una pila de muertos,
entre ellos el general Margallo, que cascó en combate -en aquel tiempo, los
generales todavía cascaban en combate-. Nueve años después, por el tratado de
Fez, Francia y España se repartieron Marruecos por la cara. La cosa era que,
como en Europa todo hijo de vecino andaba haciéndose un imperio colonial,
España, empeñada en que la respetaran un poquito después del 98, no quería ser
menos. Así que Marruecos era la única ocasión para quitarse la espina: por una
parte se mantenía ocupados a los militares, que podían ponerse medallas y hacer
olvidar las humillaciones y desprestigio de la pérdida de Cuba y Filipinas; por
otra, participábamos junto a Inglaterra y Francia en el control del estrecho de
Gibraltar; y en tercer lugar se reforzaban los negocios del rey Alfonso XIII y
la oligarquía financiera con la explotación de las minas de hierro y plomo
marroquí.
Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
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Patentes de corso
domingo, 1 de mayo de 2016
0 Somos la leche
[...] Hoy, el impacto de lo audiovisual tiene a los
empresarios de los medios escritos tradicionales como a Foreman cuando se comió
aquella mítica derecha de Ali. Con los ojos glaucos, groguis, dando manotazos
de náufrago, sin entender por dónde les vino la hostia, tratando de levantarse
antes de que las redes, la competencia y hasta los youtubers cuenten hasta 10.
El resultado de todo
es que importa mucho la comunicación y nada la información. Que queremos
usuarios y no lectores. Que los medios son una eterna jornada de puertas
abiertas en las que un señor de Murcia o un tuitero de Palencia se te meten en
la redacción, se te sientan en el ordenador y te dicen cómo tienes que hacer el
periódico. Las otra tarde una manada de japoneses con Nikon vio a un tipo
leyendo un diario en el andén de Alonso Martínez -exótico en el ademán-, y se
hicieron una foto con él porque no daban crédito.
Pedro Simón
El Mundo
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Revista de prensa
jueves, 28 de abril de 2016
0 Atlético de Madrid 1-0 Bayern: El Calderón pasa factura a Pep
El Atlético de Madrid tiene la
'mejor afición del mundo' porque hace
años se estipuló que así fuera. Quiero decir de antemano que yo soy parte de
esa afición -y aflicción- pero que la afición del Atleti quiere a su equipo
como una afición más. Otra cosa es el ruido y, entrado el caso, los silencios.
Los silencios en el Calderón son
preocupantes de bien y de mal. Es un entorno dado al ruido, a la polémica y al
ruido de fuera que es el que la afición toma como hiriente y yo creo que es
dado al bien por hablar de nosotros aunque sea bien. Como ayer.
El silencio se hizo en el
Calderón cuando Saúl decidió que era tiempo ya de acabar con las penas y
lanzarse a las alegrías que son, pesa a pesa, valoradas por el fútbol. Los
regates, los hombres por el suelo, los disparos ajustados. Hizo todo y todo tan
bien, que el Atlético de Madrid se puso 1-0.
Era el minuto 11.
Hasta entonces y un rato más, el
Atlético de Madrid ganó todos y cada uno de los balones pero desde entonces, se
fue achicando cada vez un metro más atrás. Y pasaba el partido y los minutos y
los metros. La primera parte fue bien, gracias. Costa y Coman llevaron peligro
del alemán. Xabi Alonso dejaba sus envites a modo de balón aéreo demostrando la
reticencia de la calidad pero en su puesto, dejando entrever, quizá
amplificadas, las carencias de siempre.
Todo o nada
Guardiola decidió presentar al
equipo en la segunda mitad. Una idea que guarda su lógica toda vez que el gol,
marcado fuera, posicionaba a los suyos en un escalón dominante. Perdonen por el
spoiler, pero no marcó.
El asedio era tal que el Atlético
de Madrid se sentía cada vez más y más cómodo, como aquellos señores que tragan
fuego. En el minuto 61, Giménez se lanzó al suelo tras una lucha con Lewandowski
y nos demostró ser un 'viejoven'. El 'viejoven' del fútbol no es el que viste a
la última pasado de edad y kilos sino aquel que ha adquirido, o en este caso
heredado, las majestuosidades de Godín. Se inventó una tangana, cortó el ritmo del Bayern, desesperó
a Guardiola y consiguió una ventaja.
Ribery y Müller salieron al campo
lo que nos preocupó relativamente ya que fue más de lo mismo. Ahí vimos a un
Gabi como el de hace dos años y a un Augusto, en quien algunos no confiábamos
del todo por aquello de demostrar lo que el resto es, pletóricos.
En una de las contras, de las el
Cholo preveía más numerosas, Torres hizo un recorte dentro del área. Fue a la
defensa del Bayern, a Del Bosque y a todos los desafortunados que algún día no
creyeron en él. Su disparo con el exterior, mágico, que era nuestro billete a
Milán, se estrelló en el poste y dejó 90 minutos que veremos por pura
confianza.
Iba a cerrar sin nombrar a Oblak
que paró todo lo que tuvo que parar que es todo. En realidad con Oblak pasa un
poco así como con el resto: un equipo que siempre hace todo bien incluso en sus propios errores. Las
semifinales de Champions son tan crudas y jodidas como la propia vida pero si
buscáis un vuelo a Milán desde Madrid os sale una escala en Múnich. Pero es
algo más barato que el billete vendido ayer.
Darío Novo
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Crónicas Atlético de Madrid 2015/2016
miércoles, 27 de abril de 2016
0 Un recuerdo en rojo y blanco
Dice mi abuela que de pequeño siempre quería ir a ver a Martín porque una vez me dio veinte duros y con ese prosaico egoísmo del que está dotada la inocencia no dudaba en comentar abiertamente que quería otras cien pesetas.
Martín era ya mayor cuando yo era pequeño. Tenía por entonces facciones algo toscas y una mano de marmolista que apretaba cuando yo le chocaba la mía. Flojo, supongo. Siempre nos invitaba a merendar a pesar de tener fama entre los vecinos de ser algo tacaño.
Cuando acababa el bocadillo de Nocilla, como un código no escrito, hablaban los mayores un rato de los grandes problemas que tuvieron en la vida y su deseo de quedarse pequeños para siempre. Al final de las conversaciones, como un postre, nos permitíamos siempre 5 minutos para hablar de nuestro Atleti, de la deriva que llevaba por entonces, del Pupas y todo eso.
Un día, de su habitación sacó una bandera del Atleti que tiene una tela gruesa, apenas ondeable, con un escudo del Atleti serigrafiado en un azul que con el paso del tiempo ha ido haciéndose más y más claro. Nunca la he podido llevar al campo porque conservo intacto el palo de madera que venía con ella.
Hoy Martín no estará en el Calderón, ni el martes en Múnich, ni el día 28 en Milán. El pasado domingo fui a visitarle como para tomar ese postre de final de conversación rojiblanca y una de sus enfermeras me dijo "está allí, Darío, en el sillón junto a la ventana".
Me senté junto a él y me miró raro. Martín no recuerda mi nombre y según avance su enfermedad apenas recordará el suyo. Allí estuve un rato, mirando cabizbajo a mis Adidas y oyéndole recordarse historias de la guerra y la posguerra.
Cuando levanté la vista decidí que hoy ganaríamos por ellos. Martín miraba al infinito de la ventana y sus propios recuerdos le enrojecían los ojos. Fue la misma mirada perdida de aquel postre cuando hablamos de Bruselas y con una lágrima en la mejilla me espetó "¡maldito Schwarzenbeck!".
Darío Novo
martes, 26 de abril de 2016
0 Políticos y prensa, pelea de putas
En los últimos días hemos entrado todos como el ganado por
el redil que abrió Pablo Iglesias. En el enésimo debate sobre los medios de
comunicación, se ha mezclado todo. Las buenas críticas se han confundido con la
propaganda de todos los partidos, encantados de señalar a los demás con cierto
grado de justificación. Que haya salido Pablo Casado a defender la
independencia de la prensa es sintomático del grado de ridículo que ha
alcanzado la polémica. El caos de las churras y las mentiras, la macedonia de
acusaciones justas e injustas ha sido tan grande que merece la pena recapitular
en cuatro párrafos. ¿Qué ha pasado aquí? Díganme si me equivoco:
El día en que Unidad Editorial masacra a la redacción de 'El
Mundo' con un ERE abominable, Iglesias señala a un periodista de ese medio, que
cobra cuatro duros, y lo usa como palanca para quejarse de que la prensa trata
mal a su partido. Sabe Iglesias que, al personalizar su ataque en un pobre
redactor, la reacción del gremio va a ser virulenta. Quiere abrir un debate a
la manera en que nos tiene acostumbrados: primero el ruido, la fiesta; después
el duelo y la reflexión. Quiere sacar, como todo político, la máxima
rentabilidad a un estado transitorio de cabreos cruzados.
Desde el minuto uno se suceden artículos: de un lado los
gremialistas, categoría en la que entro yo, cegado por el mosqueo, y de otro
los que llamaré podemistas, no porque sus autores sean necesariamente afiliados
a Podemos, sino porque entran al debate exactamente por donde Pablo Iglesias
espera. Así, se publican cientos de artículos contra Podemos por hacer una
crítica que tiene su parte de verdad, y unos pocos artículos que, sin defender
a Pablo Iglesias y admitiendo que “la ha cagado al personalizar”, arremeten
contra la prensa y se recrean en el y tú más: ¿y el plasma, y la decapitación
de Pedro J., y la colonización de TVE?
Juan Soto Ivars
El Confidencial
Leer el artículo completo en El Confidencial
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Revista de prensa
lunes, 25 de abril de 2016
0 Sostiene el intruso
Sostiene el intruso que Valladolid, ciudad que fue Corte y Cervantes, resplandecía en una de las primeras noches sin niebla que anuncian la primavera. Sostiene el intruso que era martes o que era miércoles, y que de una punta a otra de la villa castellana se iban escuchando los diferentes acentos, plurales, de nuestra Málaga. Sostiene el intruso que era en un congreso de columnismo, #Vallacolumna , un invento de Guillermo Garabito para defender a este oficio de ir cortándose lonchas de vida todos los lunes. Sostiene el intruso que nunca vio a más malagueños seguirle y hasta reírle las gracias. Sostiene el intruso que pudo llegar a enamorarse en cada ponencia. Sostiene el intruso que 'a fuerza' que se habló de la columna literaria, de empezar a ser columnista desde los 17 años. Que si no se empieza a 'columnear' desde la cuna, el invento no funciona y el puro no arde.
Sostiene el intruso que los autoproclamados teóricos del Periodismo se infartaban cuando Bustos y Soto Ivars, Nieto Jurado o Colmenero, les decían a los gacetilleros que lo importante, al final, era ir contando en la columna la propia vida y pegarle fuego al manual aquel de 'Redacción Periodística'. Sostiene el intruso que hay amor en Castilla a Manuel Alcántara, que lo extrañaron en el Norte de la Meseta. Sostiene el intruso que le iba dando un poco igual todo, que la vida es demasiado grave como para meterle a un artículo aquella «voz funeral de una campana» que diría Zorrilla en las exequias del Padre Larra. Sostiene el intruso que se alegró cuando vio que la mitad de sus oyentes eran malaguitas, y que la otra se hizo boquerona por ósmosis. Sostiene el intruso del Norte que a setecientos kilómetros de Málaga se dijo que Málaga era, también, capital mundial del columnismo. Sostiene el intruso que se encaprichó de una columnista de 19 años, Adriana, que luego le devolvió una columna en la que no lo citó por aquello de la tierna iconoclastia.
Jesús Nieto Jurado
Diario Sur
Leer la columna completa en Diario Sur
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0 Imágenes muy duras
Es cada vez más frecuente que los informativos de la tele, sobre todo TVE, antes de mostrar alguna imagen relacionada con alguna tragedia, dispongan que el presentador o presentadora pongan cara muy seria, hagan una pausa dramática, y acto seguido digan: «Les advertimos que las imágenes que van a ver son muy duras». Y cuando en casa, alarmado por la advertencia, el espectador se apresura a sacar a los niños de la habitación, tapar los ojos de su esposa y retener aire en los pulmones él mismo, apartando la vista de la pantalla o poniendo a mano una caja de kleenex, o bien, en otro tipo de sensibilidades, todo cristo en la casa se agolpa ante el televisor, expectantes, disfrutando de antemano con lo que suponen una orgía de violencia y sangre, el telediario de turno va y muestra desde muy lejos, en un video de aficionado, cómo un policía mata a un delincuente, o al revés, pegándole un tiro, con la precaución previa de haber pixelado, o emborronado, o como se diga, la pistola del policía y la figura del fiambre. O pasan las imágenes de casas reventadas por un atentado terrorista con sólo una manchita de sangre en el suelo. O un niño llorando ante una alambrada turca. Cosas así. Y después de haber emitido tan duras y bestiales imágenes, a salvo ya la conciencia social de la tele de turno, pasa el telediario y ya se pueden emitir, sin problemas ni sensibilidades heridas de nadie, una película de zombies antropófagos, la secuencia inicial de Salvando al soldado Ryan o a la heroica chusma lancera de Tordesillas acuchillando impunemente al desamparado toro de la Vega.
No voy a preguntarme si nos hemos vuelto gilipollas, porque la respuesta ya la conozco.
Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
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Patentes de corso
miércoles, 30 de marzo de 2016
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